Se propone reflexionar sobre un
lugar que forma parte del límite de la “almendra moderna” de Madrid, definida
por la M30, y que
además se sitúa sobre la calle de Alcalá, eje transversal emblemático que
atraviesa la ciudad.
Estos dos aspectos proporcionan
al lugar un carácter de puerta urbana en cierto modo equivalente a lo que en su
día constituyó la Puerta
de Alcalá respecto al Centro Histórico.
Además el lugar podría
convertirse en parte de un sistema lineal de parques que bordea la M30, parcialmente interrumpido,
y al que se pretende dar continuidad desde la propuesta.
El entorno aparece actualmente
desestructurado, con un edificio público como la Plaza de Toros solo
parcialmente utilizado, pero que podría convertirse en el futura sede Olímpica
de baloncesto; un entorno particularmente duro, rodeado de aparcamientos, y con
la presencia de la M-30;
un gran vacío urbano al sur de la zona, el solar de cocheras del Metro, desaprovechado
y un obstáculo importante en el tratamiento global de la zona; así como la posible
conveniencia de una reestructuración del puente sobre la M30.
Se consideran por lo tanto dos
zonas: Una primera de mayor tamaño que comprende todo el entorno señalado, y
que sería objeto de estudio e intervención urbana en los primeros momentos del
proyecto.
La segunda zona, incluida en la
primera, es la parcela de las Cocheras del Metro, que constituye un gran solar
vacío dentro de un entorno densificado. Es en esta parcela donde se desarrollará
un hotel de 250 habitaciones y zonas de comunes, y un centro de congresos, salas
de exposiciones, locales comerciales, que tendrá que estar necesariamente
insertado en su entorno, un lugar con grandes posibilidades gracias a su
situación aneja a grandes ejes de comunicación como la M-30 y la calle Alcalá, y a
un edificio que alojará espectáculos deportivos y ocio de gran afluencia de
público.